Cuidar
a los que queremos

El 2020 nos hizo revalorizar los roles de cuidado dentro de nuestro hogar. Compartimos una nota de la Dra. Patricia Debeljuh Directora del Centro Conciliación Familia y Empresa. IAE Business School - Universidad Austral, donde reflexiona acerca de este tema tan importante y actual.

 

Estos meses de aislamiento nos está dejando tiempo para pensar y reflexionar sobre cuestiones que a veces, por el ritmo acelerado de vida que llevamos, no encontramos espacio para hacerlo.

Una realidad cotidiana que nos atraviesa a todos son las tareas de cuidado, que muchas veces quedan invisibilizadas pero que cobran sentido cuando pensamos el valor que tienen y cuando la salud se ve amenazada. Y en estos días de aislamiento se están convirtiendo en una responsabilidad compartida entre varones y mujeres, entre todos los miembros de una familia. Esto está permitiendo a muchos descubrir que la dedicación al cuidado de un hogar y de las personas que se quieren, componen sin duda el más grande quehacer que cualquier ser humano puede realizar porque implica cuidar lo más valioso que se tiene: la familia.

Ahora bien, si se trata de una tarea compartida, es importante distribuir entre todos los miembros de un hogar, algunos encargos que podrán realizar, según las edades, intereses y capacidades. Es bueno descubrir que el trabajo del hogar y las tareas de cuidado aportan posibilidades de crecimiento para los hijos, les inculca sentido de pertenencia y les permite ir asumiendo a su nivel distintas responsabilidades. A su vez, pueden hacerse con espíritu deportivo y motivante, permitiendo incrementar dentro del seno de la propia familia, habilidades grupales y conciencia del trabajo en equipo.

Cuando todos los miembros de la familia comparten y colaboran en las tareas del hogar, se asimila el concepto de cooperación y de participación y les motiva a tener siempre una buena disposición para saber qué falta en el hogar, porque lo sienten como propio. Y a la vez les facilita desarrollar la empatía, el estar pendiente de las necesidades de los demás. Casi sin darse cuenta, a través de estas responsabilidades domésticas, los hijos se van ejercitando en la solidaridad, en el servicio y en la entrega a los demás. Esto les ayudará a todos a reconocer que crear hogar y cuidar es una responsabilidad de todos.

Darse cuenta de que estas tareas de cuidado son un pilar, muchas veces invisible que sostiene la solidez de una familia será una de las tantas lecciones que nos deje este aislamiento. El coronavirus ha amenazado nuestra economía y nuestra forma de vida, en muchos casos hemos tenido que interrumpir o espaciar nuestra conexión con familiares y personas queridas. En medio de esta experiencia única en la vida, nuestra historia compartida nos ha demostrado que las situaciones críticas presentan nuevas oportunidades. Ojalá que este tiempo nos permita re-descubrir el valor de cuidar a los que más queremos y que esos vínculos, con frecuencia ocultos y callados, tiene raíces muy profundas basadas en la dignidad de la persona, el auténtico valor del servicio y el interés incondicional por la felicidad de los demás.

 

Dra. Patricia Debeljuh

Directora

Centro Conciliación Familia y Empresa

IAE Business School - Universidad Austral